Y ahora, ¿qué hago?

Saldrás de esta

ÉL conoce lo que estás atravesando, el dolor que estás sintiendo, las luchas que estás batallando y sobre todo como le estás cuestionando por aquellas cosas que te pasan. 

Hay varias cosas que debes de saber hoy:

1-Dios no tiene la culpa de lo que acontece.

2-Todo lo que pasa es permitido por Dios.

3-NUNCA Dios va a permitir algo para tu vida que no puedas combatir o superar.

Empecemos por parte. Luego de haber leído esto quizás te preguntes si Dios no tiene la culpa y Él es quien permite las cosas, entonces, ¿por qué no las evita?

A veces se nos olvida que estas son las consecuencias del pecado y que si alcanzamos a arrepentirnos y ser perdonados por Dios es puro favor y gracia porque realmente no lo merecemos. Dios no evita las cosas porque cada día nos enseña a través de todo lo que acontece. Incluso lo que Él desea para nosotros es mucho mejor de lo que nosotros mismos podríamos desearnos. Él tiene las mejores intenciones para ti y para mí, pero a veces la abundancia de pecado en nuestra vida y al nuestro alrededor no nos permite ver que a pesar de lo que podamos estar pasando Dios continúa obrando.

¿Cómo te sientes hoy? Atrapado/a, sin fuerzas, desorientado/a, confundida/o.

Sabes que en ese estado Dios está ahí para ayudarte y fortalecerte y la forma de comprobarlo es que te ha permitido ser parte de este plan, que transformará tu vida.

Lo que sientes no es lo que eres.

Cuando hablamos de lo que eres se trata de tu esencia de lo que hay dentro de ti, pero al momento de hablar de lo que sientes tiene que ver con tus emociones y de cómo trabajan tus pensamientos.

Al preguntarle al Señor cuál sería el tema que quería que tratara en el día de hoy, Él fue muy claro con lo que puso en mi corazón: Se trata del peligro invisible de las emociones y la falta de aplicación de Su palabra. Suena un poco tosco, sin embargo es la realidad.

¿Qué estás dejando entrar en tu vida? Antes de hablar de los sentimientos, es importante evaluar aquello con lo que te estás nutriendo. ¿Qué estás viendo? ¿Qué estás escuchando? ¿Qué estás pensando? ¿Cómo estás accionando? Todo lo que ves o escuchas es lo que te alimenta y conlleva a pensar luego lo qué estarás haciendo. Y, justamente ahí en el pensamiento, surgen los sentimientos que constantemente trabajan impulsándote a la acción.

Actualmente muchas personas se dejan mover por sentimientos y emociones, no por convicción o dominio propio, el cual proviene del Señor, un ejemplo de esto es:

Un joven al levantarse dice: Hoy no amanecí bien, me siento triste y muy solo.

El joven se mantiene todo el día cabizbajo y sin ganas de ser productivo en sus tareas.

Esto es vivir por sentimiento y emoción no por convicción o dominio propio. Esto es lo que él siente, pero no es lo que él es.

A veces sientes voces del enemigo que te dicen las siguientes frases: “Nadie te quiere”, «Estás solo/a”, “Quítate la vida”, “Nadie se fija en ti”, “No sirves para nada”, “Dios no perdonará eso tan grande que hiciste”, “Como vas a seguir a Dios si lo que hiciste es pésimo”, “Todos se burlarán de ti”, “Eres una vergüenza para tus padres”, “Tu familia estaría mejor sin ti”.

Estas y muchas más, son falsas acusaciones que puedes recibir a diario por parte del enemigo que tiene como propósito destruirte. ¿Has escuchado esto alguna vez? ¿Lo estás viviendo? No lo creas porque Dios tiene algo mejor contigo y quiere hacer algo mucho mayor a través de ti.

Permíteme mostrarte lo que dice la palabra de Dios:

1-Tienes dominio propio para no vivir por emoción (2 Timoteo 1:7).

2-Estas palabras no vienen de Dios para ti, en Satanás no hay verdad y su intención es arrastrarte con sus mentiras para destruirte (Juan 10:10).

3-Eres demasiado valiosa/o para Dios (Efesios 1:1-14), aun más de lo que te puedas imaginar, tanto así que en medio de tu desánimo, de tu angustia, de tu dolor, de tu “ya no puedo más”, Él te dice por esta vía y ahora mismo, tranquila/o hija/o, yo estoy aquí para levantarte y restaurarte una vez más. Si tienes duda de que es contigo que el Señor quiere tratar, tienes que saber que no todo el mundo ha elegido este plan y muchos lo comenzaron sin embargo no han llegado ni al segundo día. Tú estás aquí, así que haz a un lado lo que sientes y permite que florezca en ti lo que eres en Jesucristo.

Clama a Él.

A veces cuando experimentamos momento de dificultad, soledad, tristeza, traumas etc. Cometemos el error, o más bien el gravísimo error de consultar a personas incorrectas que no tienen la respuesta, para nosotros saber qué debemos hacer de forma correcta.

Con todo el respeto que te mereces, permíteme preguntarte: ¿A dónde vas en momentos de angustia o dificultad? En mi caso, a pesar de tener muchas amistades y una familia extraordinaria, he tenido por evidencia que el Único que no falla, que me entiende y que está ahí en todo momento para mí se llama Jesucristo y mora en mí a través del Espíritu Santo.

NADIE que no haya vivido lo que estás viviendo tiene autoridad para instruirte en aquello que estás pasando.

A veces las percepciones de otras personas en vez de ayudarnos terminan desanimándonos para hacer la voluntad de Dios es nuestras vidas y por esto es importante ir a la fuente correcta: DIOS.

¿Por qué debemos clamarle a Dios antes de presentarnos ante los hombres?

Porque lo que puedas experimentar, sentir o atravesar no todo el mundo puede entenderlo o colocarse en tu posición, pero si vamos a la Biblia podemos ver lo siguiente:

1-Tu situación no puede separarte del amor de Dios (Romanos 8:35).

2-Cristo padeció cosas peores por amor a ti (Isaías 53:3).

3-Dios te brinda una paz que nadie mas te puede dar (Juan 14:27).

4-Dios escucha tu clamor y te libra de toda angustia cuando eres justo en Su caminar (Salmos 34:17-19).

5-El Señor nunca te decepcionará cuando decidas clamar a Él (Salmos 34:5).

¿Sabes el significado de clamar a Dios y como hacerlo?

Clamar hace referencia a invocar, llamar a Dios y confesar esas angustias, esa tristeza, ese dolor, esa frustración, ese sufrimiento, ese problema familiar, esa decepción, esa falla, ese deseo de morir intrínseco. Es entregarle a Dios en oración todo esto llamándole por Su nombre y desnudar tu corazón ante el Señor.

¿Qué hago si no tengo fuerzas?

El libro de 1 Samuel 17 cuenta la historia de uno que aparentemente no tenia fuerzas para pelear contra un paladín llamado Goliat. Él era David y físicamente no cumplía con las expectativas de los demás e incluso para los altos rangos como lo era el rey Saúl, no podía ir contra aquel filisteo. Sin embargo, a pesar de que todos apostaban a que Goliat acabaría ganando, las fuerzas de David no provenían de él mismo. Él fue entrenado donde nadie lo veía y con la fuerza de Dios pudo derribar a aquel gigante. Ahora bien, ¿cómo puedes aplicar esta historia en tu vida cuando eres tú el que está sin fuerzas para continuar con esa situación y quieres tirar la toalla?

1-Si visualizas tu vida desde el pasado te darás cuenta de que las pruebas y ataques no son iguales, algunos los has superado pero los que ahora mismo estas enfrentando tienen un mayor nivel que el anterior. Al momento en el que nadie sabia de David sus luchas eran con osos y leones para cuidar a sus ovejas, pero luego fue con un gigante para después ser con ejércitos. La batalla que pasaste ayer es la preparación para lo que puedes estar enfrentando hoy. No seas tu propio Saúl diciendo que no puedes, más bien aplica la Palabra de Dios, y como David confía en que tus fuerzas para permanecer y resistir provienen del Señor. (Isaías 40:29).

2-¿Dónde está tu dependencia? Retomamos lo anteriormente dicho, dependes de lo que sientes, de lo que piensas o de quién eres en Cristo Jesús. Realmente oro para que sea Dios transformando tu manera de pensar acerca de ti mismo y que renueve tus pensamientos para que tengas la capacidad de mostrar quién es Él a través de tus acciones. Depender de Dios es reconocer que humanamente no puedes con todo. Habrán procesos de la vida que van a quebrantarte y esto va a dolerte inmensamente, pero ese dolor es curado y sanado por Aquel que todo lo puede, nuestro Señor. Y, si te estás preguntando dónde estaba Él cuando te pasó eso que te ha marcado tanto la vida ( esa violación por parte de alguien que no esperabas, ese maltrato físico por parte de alguien que amabas, esa traición por parte de alguien que nunca imaginabas), déjame decirte que Él estuvo allí pasando todo eso contigo, llorando contigo, intercediendo al Padre por ti, y hoy te dice «NUNCA te dejé sola, nunca te abandoné, yo te consolé y trato de levantarte pero tú quieres permanecer ahí en el lugar donde desde hace tiempo insisto para sacarte, permíteme entrar y ayudarte a sanar todo lo que te quiere dañar el corazón».

3-Tus fuerzas no son suficientes, pero dependiendo de en quien pongas tu confianza podrás avanzar hacia el propósito que Dios tiene para ti. (Mateo 11:28).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *